¿Qué es?
Vivimos sometidos a la continua acumulación de sustancias extrañas como polvo, polución, maquillaje, bacterias, aceites, células muertas, sudor y otros restos de la superficie de la piel.
Además, cuando se padece estrés, la piel pierde luminosidad, se irrita fácilmente, se vuelve intolerante y sensible y aparecen granitos e impurezas debido al aumento de andrógenos y testosterona (hormonas masculinas). La polución alcanza las capas más profundas de la piel y daña el ADN de las células.
Tratamiento:
La primera condición para el buen mantenimiento de la piel es su limpieza diaria. Una limpieza de piel en profundidad de la cara y el cuerpo debe realizarse como mínimo dos o tres veces al año para mantener una piel lisa, suave y luminosa.
- Limpieza profesional, sin vapor algo fundamental para no extender el acné y no dilatar de forma innecesaria el poro ni favorecer la cuperosis ( capilares rojos en la cara o escote).
- Peeling o exfoliación que arrastre las células muertas e impurezas y elimine de la piel el tono gris y apagado.
- Mascarilla adecuada a cada tipo de piel, nutritiva o relajante... Este tratamiento está indicado para todo tipo de pieles y especialmente en casos de acné.
- Hidratación extra personalizada mediante aporte de vitaminas y nutrientes necesarios.
No hay que olvidar la higiene de espalda, la gran marginada.
Antes de verano es muy importante hacer una limpieza tanto de cara como de cuerpo para evitar el problema de manchas.
La higiene corporal también se utiliza en casos de reparación tisular.